Empresas y organizaciones sin ánimo de lucro…
¿Pueden convivir? ¿Pueden coexistir? ¿Colaborar, ayudarse, retroalimentarse…?
¿Puede una empresa sentir como una organización sin ánimo de lucro? ¿Y puede una organización de estas características competir como una empresa?
Grupo ODS responde ¡Sí! a todas esas preguntas
Y nos ponemos como ejemplo, con modestia, sin pretender sacar pecho por ello. Pero sí, nosotros somos el perfecto ejemplo de que una empresa y una organización sin ánimo de lucro pueden compartir objetivos. Y pueden compartir principios. Por poder, pueden compartir hasta maneras de proceder y de encarar la realidad. Y la importancia de que ambas confluyan por el bien de la Sociedad.
Pensemos de un modo práctico… La empresa tiene el músculo, la fuerza y (aunque no siempre) la solvencia y la liquidez necesarias para autofinanciarse, con el esfuerzo de todos los profesionales que la componen. La organización sin ánimo de lucro tiene el corazón, la voluntad (y la fuerza de…) la intención y la intensidad de quien obra convencido y conforme a sus principios.
¿Y si todos estos aspectos se conjugaran en una única figura?
Eso es lo que hacemos en ODS. No sin esfuerzo y no sin sacrificio. Pero lo hacemos. Cuando nos constituimos lo hicimos a sabiendas de que nuestra meta sería revertir y repercutir en la Sociedad lo que ésta nos ha procurado a nosotros. Incluso más, creednos. Cuando has conocido la necesidad y has visto la luz desde lo más profundo del túnel te vuelves sensible a los claroscuros. Y comprendes cuánta oscuridad rodea a quienes te ven desde ese lado. Y tienes que decidir qué camino tomar, y con qué actitud te enfrentarás a la vida empresarial.
Nosotros lo hicimos. Y lo que es más importante… si nosotros fuimos capaces de pensarlo, desearlo y de hacerlo, también vosotros podréis hacerlo.
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